jueves, 15 de noviembre de 2012

Palabras para Sebastián


Es pronto para entender este sentimiento. Para expresarlo. Para compartirlo. Para comprender las razones por las que ese trozo de vida me tiene así. No contaba con él.




Es difícil entender las bondades de la naturaleza. Pero entre mi repaso de la ciencia y la vida me doy cuenta que se trata de felicidad, alegría, algo que siempre quise y que aunque me negaba a que sucediera tenía que pasar. Juro que han sido las 36 semanas más largas y aunque mi impaciencia me desliga de la espera, puedo asegurar que fue la espera más importante de mi vida y la única que he hecho con alegría.


Debo confesar que tengo temor de ir a verte por vez primera, cargarte en mis brazos y dejarte saber que me haces el mejor tío. Haré un pacto, te queré como se quiere el calor en época de frío. Como se anhela el agua luego de un maratón y como las estrellas fielmente acompañan a la luna en las noches frías o cálidas.

Eres tan pequeño pero el más grande. No caminas, no hablas, no analizas, pero has preparado el plan más estructurado y certero para cambiar el núcleo de una familia. No tenías intención, pero hiciste a mis papás abuelos, a mi hermana madre y a mi hermano y a mí tíos. Estoy listo para combinar tu dulzura con mi inteligencia.


Estoy preparado para las más nobles travesuras, para enseñarte lo cruel que puede ser la vida pero sobre todo a demostrarle a ella que no habrá maldad que entre en tu caparazón.

Hoy nació la magia para escribir la otra parte de este guión.

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